Estructurar y perfeccionar el carácter, procurando sinceramente destruir las debilidades de nuestra personalidad.

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Enseñar  principios morales; promoviendo la excelencia, la virtud y todo aquello que nos traiga mayor éxito y felicidad.

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Sacar a flote las riquezas que se hallan escondidas en las profundas cámaras de nuestros seres; despejando todo ese enorme potencial que tenemos y que a menudo yace adormecido y subdesarrollado.

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Evitar que muchos mueran sin haber descubierto y tocado la hermosa música que vinieron a tocar en este mundo.